En esta entrada nos vamos a centrar en la llamada "década perdida en América Latina" y la maldición de los recursos naturales.
Antes de empezar, cabe preguntarnos: ¿qué es la década perdida?
Cuando nos referimos a la década perdida, estamos hablando de una
serie de crisis sufridas en América Latina durante la década de 1980. Las
crisis eran sobre todo deudas externas impagables, grandes déficit fiscales
y volatilidades inflacionarias y de tipo de cambio, que en la mayoría de los
países de la región eran fijos. Una de las causas fue el alza del precio
de materias primas durante los 70, principalmente el petróleo. Por otro lado,
el abaratamiento del dólar desembocó en el arribo masivo de divisas a Latino América.
En 1980, se generó una fuga de capitales, lo que provocó una
masiva depreciación de los tipos de cambios, aumentando el tipo de interés real
de la deuda. Esto
conlleva a que, en respuesta de la crisis, la mayoría de naciones
debieron abandonar sus modelos económicos de industrialización por sustitución
de importadores.
En esta imagen podemos observar con claridad la famosa década
perdida de Latino América. Según los estudios realizados por la ONU,
podríamos mencionar tres hechos que caracterizan la década perdida; el
agravamiento de la crisis que se inició en 1980, el notable esfuerzo de ajuste
realizado por muchas de las economías de la región para reducir los
desequilibrios externos generados en años anteriores, y la extraordinaria
contracción que sufrió el ingreso de capitales.
El resultado de estas tres tendencias es un sobre ajuste que ha
llevado a la mayoría de los habitantes de la región a situaciones de pobreza
crónica y en muchos casos a situaciones de extrema miseria.
A continuación hablaremos de "La maldición de los
recursos naturales".
La maldición de los recursos naturales, o también
llamada, la paradoja de la abundancia, se refiere a la paradoja de que países
con una abundancia de recursos naturales, especialmente de fuentes puntuales de
recursos no renovables, como minerales y combustibles, tienden a tener un menor
crecimiento económico y resultados de desarrollo peores que los países con
menos recursos naturales.
En efecto, parecería que la abundancia de recursos naturales, va
acompañada de una especie de maldición, no generando un verdadero desarrollo, y
convirtiéndose, con frecuencia, en un real obstáculo hacia la modernización de
la economía y hacia una distribución equitativa de esa riqueza.
Son muchos los países pobres que, a pesar de contar con una gran
riqueza potencial de recursos, no obstante, no logran que esos mismos bienes,
con los que les ha favorecido la naturaleza, se hayan convertido en agentes
eficaces para un mejoramiento significativo de la calidad de vida de la
población, sobre todo cuando son de naturaleza extractara.
En la actualidad, hay muchos países que son muy pobres en recursos
naturales, pero que sin embargo cuentan con un dinamismo extraordinario.
La llamada “maldición de los recursos naturales” no puede
achacarse al azar, o explicarla únicamente a partir de factores internos de los
países afectados.
Cierta parte de culpa la tiene el gobierno de los países con
abundantes recursos naturales.
El caso de América Latina es muy peculiar, ya que continente
es muy rico en recursos naturales: tiene el 15% de las reservas mundiales de
hierro, el 25% de las de estaño, bauxita, zinc y níquel, casi la mitad de las
de cobre y plata, y entre el 60% y el 70% de las de litio (la base para las
baterías que impulsan los celulares y los vehículos eléctricos). Sin embargo, es
la región más desigual del planeta.
Interesante. Creo que para explicar la maldición de los recursos naturales hay que recurrir a mas factores a parte de una mala gestión del gobierno, sería interesante también conocer el fenómeno del mal holandés y analizar si explicaría este hecho.
ResponderEliminarInteresante información. Es increíble como la crisis afectó de forma tan fuerte a América Latina, la más fuerte allí desde el crack del 29. No sabremos a qué ritmo habría seguido creciendo si no hubiese tenido esos 10 años de vacío, de no crecimiento y de pleno estancamiento.
ResponderEliminarEn cuanto a la maldición de los recursos naturales, me surge la pregunta de cómo es posible que países ricos en recursos naturales tengan trayectorias tan dispares. Guerras, instituciones inadecuadas, élites no comprometidas... los motivos pueden ser de diversas índoles, pero si algo está claro es que es momento de trabajar para buscar una solución al problema puesto que, tristemente, existen muchos países en desarrollo que sufren la consecuencias de unas élites que se han olvidado de sus ciudadanos y han encontrado en sus recursos naturales un aliado perfecto para la consecución de sus propios intereses.